Declaración del PIP sobre el proceso de privatización de la generación de electricidad en Puerto Rico
La determinación de iniciar el proceso de privatización de la generación de electricidad en Puerto Rico constituye el paso final en la carrera por entregar a los intereses privados una de las funciones fundamentales del sector público.
La votación de la Junta de Directores de la Autoridad para las Alianzas Público Privadas fue unánime- lo que quiere decir que los representantes en esa Junta de los presidentes de Cámara y Senado favorecieron la entrega de lo que quedaba en manos públicas de la AEE. Como legisladores del Partido Independentista Puertorriqueño condenamos ese voto, y cuestionamos si representa el parecer de la mayoría de las legisladores en ambos cuerpos.
El acceso a energía eléctrica es un derecho humano del que dependen la salud, la educación, las comunicaciones y el desarrollo económico del país, y como tal, no debe estar sujeto a los intereses del mercado. Tras la nefasta experiencia con Luma, el país no puede seguir pagando el precio de la imposición del neoliberalismo rojo y azul. Luma ni siquiera existía: es un engendro de la agenda privatizadora de dos partidos políticos, los mismos que llevaron a la AEE a la quiebra y la contaminaron con su incompetencia y politiquería. Con el historial de quienes estarán dirigiendo el proceso, no hay razón para pensar que la empresa que asuma la fase de generación resulte menos desastrosa.
Además, la privatización aprobada es contraria a la posibilidad de que en el futuro previsible Puerto Rico pueda experimentar la tan necesaria transformación a fuentes energéticas renovables. No tengamos la menor duda de que, con la excusa de que el sol y las demás alternativas "no satisfacen la demanda", el país continuará atrapado en la dinámica de la disponibilidad de los combustibles fósiles, particularmente del gas natural, que seguirá siendo el presunto "combustible de transición". Nada más lejos de la verdad. Puerto Rico estaría condenado a continuar quemando gas -además de petróleo y carbón- por mucho más tiempo, con las consecuencias negativas que ello acarrea.
Finalmente, según hemos sido testigos de ese 120% de incremento en nuestras facturas de electricidad con Luma, es anticipable que el privatizador de la generación solicitará que le aprueben más y más fondos, porque con lo que le asignaron en principio "no podrán operar". Será el pueblo quien a través de aumentos en el costo de la energía, cargará con ese costo.
Reiteramos nuestra oposición a la privatización y nuestra convicción de que la AEE, como corporación pública, puede transformarse y responder -sin la politización y la corrupción que han caracterizado su gerencia tanto bajo el PNP como bajo el PPD- a las necesidades de nuestro pueblo y de nuestro gobierno, así como de nuestros industriales y comerciantes. Ese es nuestro gran reto.